FT: extenuados peruanos elegirán un nuevo presidente en medio de crisis y pandemia
La feroz tercera ola de contagios agrava la profunda disfunción política y la severa recesión que sufre el país.
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En una región azotada por el coronavirus, una severa contracción económica y el malestar político, pocas naciones han sufrido tanto como Perú, que este fin de semana acude a las urnas para elegir a su quinto presidente en igual cantidad de años.
Mientras Brasil ha acaparado los titulares por la gran cantidad de personas que han fallecido durante la pandemia, el número de muertos per cápita en Perú es peor, con uno por cada 630 habitantes. Es el más alto de América del Sur y en un punto el año pasado fue el mayor del planeta.
Incluso ahora, el país se enfrenta a una feroz tercera ola de contagios. A fines de marzo registró su peor día hasta la fecha respecto a nuevos casos, lo que llevó a algunos a decir que las elecciones del 11 de abril deberían aplazarse.
El Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 11% el año pasado, la mayor caída de cualquier gran economía en la región. Las duras medidas de bloqueo del gobierno paralizaron el crecimiento, pero no lograron detener los contagios.
Mientras la pandemia está desatada, el país ha pasado de una crisis política a otra. Ha tenido tres presidentes en los últimos seis meses y uno de ellos duró solo cinco días. La mayoría de los expresidentes peruanos recientes están bajo investigación por corrupción y el Congreso está enfrascado en una incesante batalla por el poder con el Ejecutivo.
Dado todo esto, quizás no sea extraño que entre 25% y 33% de los peruanos diga que no sabe por quién votará o anulará el voto, que es obligatorio en la nación de 32 millones de personas.
Ninguno de los 18 candidatos presidenciales ha obtenido consistentemente más de 15% de apoyo en las encuestas y la mayoría registra menos de 10%. Parece seguro que la elección pasará a una segunda vuelta en junio entre quienes obtengan el primer y segundo lugar.
Promesas de candidatos
"Las elecciones más recientes en Perú han sido así, muy volátiles, en gran parte porque no tenemos partidos fuertes y bien organizados", dijo Paula Muñoz, cientista política de la Universidad del Pacífico en Lima. "La gente tiende a esperar hasta el final de la campaña y luego votar estratégicamente, por quien considera como la opción menos mala".
Liderando muchas encuestas recientes está el congresista de 62 años Yonhy Lescano. Un experimentado operador con dos décadas de actividad parlamentaria, es de tendencia izquierdista y populista, aunque socialmente conservador.
"Perú me conoce, he sido congresista, he aprobado leyes, he abordado la corrupción", dijo en un debate por televisión el mes pasado. "Nunca me he aprovechado de mi puesto, no soy millonario... Siempre he actuado con honor y honestidad".
Lescano se ha comprometido a distribuir la riqueza minera de Perú de manera más equitativa y a obligar a los bancos privados a reducir lo que él describe como tasas de interés "abusivas". Ha prometido generar cinco millones de puestos de trabajo en cinco años y abordar el notoriamente desestructurado mercado laboral de Perú. Aproximadamente 70% de la fuerza laboral es informal en comparación con un promedio latinoamericano de alrededor de 50%. Lescano asegura que puede reducir la tasa de Perú a 30% para 2026.
También se ha comprometido a disminuir la deuda, que ha aumentado considerablemente debido a la pandemia, aunque en alrededor de 35% del PIB sigue siendo baja para los estándares regionales. Lescano dice que la recortará a 26%.
Aunque es el favorito, la carrera está muy reñida. Encuestas recientes han sugerido que menos de cuatro puntos porcentuales separan a los seis candidatos principales.
Aparte de Lescano, los otros contendientes son: Rafael López Aliaga, un empresario ultraconservador; Verónika Mendoza, una izquierdista que hace su segunda candidatura a la presidencia; Hernando de Soto, economista liberal experimentado; George Forsyth, exfutbolista profesional que se ha desempeñado como alcalde de un suburbio de Lima; y Keiko Fujimori, hija del autoritario expresidente de Perú, Alberto Fujimori.
Los candidatos son un grupo colorido. López Aliaga, miembro del Opus Dei, el movimiento católico conservador, sorprendió recientemente al revelar que usa un cilicio -una cadena de metal con púas- para reprimir su deseo sexual y acercarlo a Dios. "Es una pequeña mortificación y lo hago voluntariamente", dijo a una emisora de radio local. "Nadie me está mirando. Lo hago solo, diez minutos, 20 minutos". Se opone firmemente al aborto, el matrimonio homosexual y la eutanasia, y económicamente es partidario del libre mercado.
Forsyth tuvo una exitosa carrera como arquero de uno de los clubes de fútbol más grandes de Perú, Alianza Lima, e hizo algunas apariciones como reserva del equipo alemán Borussia Dortmund. Nacido en Venezuela, su madre es una exMiss Chile. Relativamente joven con 38 años, se declara como el candidato del cambio y promete tomar medidas enérgicas contra el crimen.
Mendoza es el más izquierdista del grupo. Quiere que la asamblea constituyente elabore una nueva Constitución y ha prometido expandir el papel del Estado en la economía, eliminar el sistema de pensiones privado e imponer un impuesto sobre el patrimonio a las fortunas de más de US$ 100 millones.
Keiko Fujimori es posiblemente la candidata con más experiencia, habiéndose desempeñado como Primera Dama de su padre antes de ingresar al Congreso en 2006. Esta es su tercera candidatura a la presidencia, pero está bajo investigación por corrupción. El mes pasado un fiscal dijo que debería pasar 30 años en la cárcel por lavado de dinero. Fujimori, que ya ha estado dos temporadas en prisión preventiva, niega los cargos.
Congreso fragmentado
Los peruanos también votarán por un nuevo Congreso. El actual está muy fragmentado con doce partidos que ocupan 130 escaños. Ningún presidente reciente ha comandado nada parecido a una mayoría, lo cual ha sido parte de sus problemas, junto con una Constitución que permite al Congreso acusarlos a voluntad.
María Alejandra Campos, politóloga de Lima, dijo que Acción Popular, de Lescano, es el único partido capaz de ganar 30 escaños o más y que, si es presidente, eso podría darle la plataforma que necesita para mantener unido un gobierno.
"Ninguno de los otros tendría más de quince o 20 asientos y serían muy débiles", dijo. "Si Lescano gana, es probable que haya menos inestabilidad política, pero aun así tendría que negociar mucho para mantener a flote su gobierno. No sería fácil".